Delegram Studio - Santos Surrealistas / Fotografía Creativa

Santos Surrealistas

Fotografía & Diseño Editorial

La serie Santos Surrealistas comienza con tres conceptos: Euforia, Ansiedad y Éxtasis. Sensaciones que atravesamos al exponernos a determinadas circunstancias de creación, decisión y entendimiento. Son santos, figuras y símbolos místicos, porque antes de adorar a cualquier deidad debemos ser fieles a nuestras emociones, porque para entender al mundo necesitamos comenzar por nosotros.

Cada fotografía está acompañada por un texto que describe al personaje, la emoción que nos hace sentir y las personas devotas de estos Santos Surrealistas.

Modelos:

Cosmo, México; Rina Stadnyk, Ucrania.

Textos:

Fran Reza, México.

Diseñado por Joel Velázquez y Francely Reza. Delegram Estudio. Designed by Joel Velázquez and Francely Reza.

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Euforia

Estado de México, México, 2017.

1. Colapso. La fuerza para continuar

Cuando los pulmones colapsen involuntariamente, y a toda costa desplomen sus barreras, de frente a la más mínima brisa de oxígeno; cuando el bombeo de sangre sea tan inquietante como el hormigueo del vértigo ante tus fobias, sabrás, que el desmayo se aproxima.

2. Adversario

Previo a tal acontecimiento, esta emoción atropellara a sus hermanas, derribará el tejido que cubre a tus músculos, dejando a tus huesos solitarios; tensara las falanges y corroerá los movimientos radicales de tus extremidades para terminar congelando tu mandíbula; el parpadeo de tus ojos y la saliva que baña la escultura de tu boca. Su duración, será tan instantánea que encajaría en un segundo de dolor o de placer, de comprensión o de terror, de poder o de derrota.

Se trata de un instante que se transporta andaluz sobre las venas. La energía que le acompaña, es tan absoluta que provoca la devolución de la mentira, su escudo, no permite desvaríos de convencimiento, impone su voluntad, tu voluntad; retira los absurdos sermones moralistas y atiende las intenciones animales más placenteras, porque son plenas y acogedoras, porque son sinceras, porque ante la euforia no es posible resistirse, su revolución es tan invasiva que su pureza asusta.

3. Origen

Euforia es un inquietante encanto que choca con el destino, a veces, tiende afortunado, a veces, quiere ser desafortunado. Pero no importa si las consecuencias nos dan vuelta y todo termina en derrota. La descripción que sentimos de ella en el cuerpo, es tan maravillosa que su presencia confunde y altera las células, pues con ella, nos abordan santos que no imaginamos existieran, nos invaden sueños surrealistas de versiones mejoradas de nosotros mismos, por eso, ella es tan especial, cuenta con una dualidad que desearíamos sin lugar a dudas. Por eso se esconde, porque el mundo entero le busca como si quisiera secuestrarle, porque con el contoneo de sus caderas el mundo colapsa mirando su delicada y provocativa cintura.

Ella, es como el néctar de los dioses, es el nacimiento de la vía láctea, es el fruto prohibido del anhelo, es tan pura y tan vulgar que tiene todo lo que un adicto podría desear, es adrenalina pura, sensata a su propia condición, es sincera como cualquier sonrisa, es extravagante como el mismísimo abismo. Lo que nadie espera, ella, lo tiene y lo que todos esperan, también. Una pequeña dosis de este sutil santo surrealista llamado Euforia, te hará llegar a la plenitud; sobradas dosis te harán correr como nunca antes hasta sentir un delirio que solo tú comprenderás; el abusos de ella te producirá una película de persecuciones, pero se tratará de una persecución burlona y hostil, pues su ingesta sobre medida emancipa al Ser del propio cuerpo.

Los artistas, usan la carta de este santo con fines medicinales ante el desaliento, le confieren sus deseos y su plena cordura. Los artistas, usan la carta de este santo con fines medicinales ante el desaliento, le confieren la emoción de su creación, pues su pureza extralimitada desconoce banalidades.

Por eso, cuando los pulmones colapsen involuntariamente, y a toda costa desplomen sus barreras, de frente a la más mínima brisa de oxígeno, cuando el bombeo de sangre sea tan inquietante como el hormigueo del vértigo ante tus fobias, sabrás, que la euforia se aproxima.

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Ansiedad

Estado de México, México, 2017

“Me atropella la adrenalina, la velocidad que bombea mis pupilas y el silencio que reina cautivo en mis manos delata mi impaciencia”

Identificas ese desbordado anhelo que no se puede alcanzar, esas ganas infinitas de querer tocarlo y no lograrlo, esa predicación constante que no acepta preludios aburridos, la abstinencia de lo táctil, la sobredosis de la textura, la desesperación por sensaciones irritantes, los sonidos molestos, la prisa descontrolada, el insomnio perturbador, las ideas banales que no llevan a ningún lado, el cliché repetitivo o el discurso apabullante. Hablo de ese estremecimiento que tienen las ideas cuando se miran arrastradas en el piso hasta ver sus medias rotas. Es esa suciedad de pensamientos sometidos al juicio del soliloquio, es el proceso desgastado y provocado por las respuestas elementales y evidentes, aderezadas con ostentosos adornos pero ordinarios elementos, vestuario que sólo da entrada a un recital de cabaret, dejando de lado el posible acceso a los círculos de Bluestockings, donde la revolución y la conservación, conjugan un perfecto rigor moral e intelectual, desafortunadamente, carente de vicios y pasiones.

Pero infames bastardos que han dado la vuelta, acogidos por el mareo y la duda de nuestra misteriosa inquietud. Se han escabullido en nuestro altar y han colocado estructuras arquitectónicas para recitar y motivar nuestra exaltación, ante el poema, que de sobradas acepciones conocemos.

Por todo aquello, Santo de la Ansiedad, de ese colapso mental que motiva nuestras dudas e impulsa nuestra convicción, nuestra emoción y nuestra intriga, al dudar del presente y del futuro al mismo tiempo. Santo de la adrenalina, de la duda que paraliza los movimiento pero incita a la actuación, Soren te estudió, predicó tu filosofía, la misma que describe la condición de la existencia humana, la defino, como parálisis de lo indefinido, lugar atemporal en donde pasadas las tormentas de arena encontrarás abismales respuestas, hallando tu propia posibilidad.

De esta carta son devotos los creadores, los científicos, los místicos, los brujos, alquimistas de nuestra época, incomprendidos y desfasados de su propio tiempo, que creen, no pertenecer a ninguna parte. Por eso, santo surrealista, Santo de la Ansiedad, santo de mis santos, es mi devoción rezarte porque eres tú quien se vuelve un espíritu de servicio, que contra nuestra voluntad nos llevas a donde realmente deseamos ir, y porque nos recuerdas con perseverancia, que la creación, significa destrucción.

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Éxtasis

Estado de México, México, 2017

1. Llegada

La creatividad no llega de forma casual, hay que buscarla y a la vez permitirnos encontrarle, pues no basta la astucia de jugar bien las cartas, no basta la intención de ser el vencedor, es necesario entender el papel conferido para subir al escenario y ceder, a la disposición de la nueva experiencia, del nuevo conocimiento, para aprender a dibujar nuevos paisajes.

Hay que dar acceso a la imprecisa búsqueda de soluciones, porque ellas se enfrentan a la sinceridad de nuestro ignorancia, atraviesan montañas de agua de desconocimiento, emprenden expediciones cabales que rompen el viento con la convicción de nuestra dedicación y avanzan fugitivas huyendo de la melancolía de nuestra equivocación. Por todo lo anterior, el rigor de la disciplina juega un papel seductor, porque el trabajo del creador es una búsqueda que no termina nunca, los creadores natos jamás acaban, buscan la perfección de la ejecución, del concepto, de la realización tangible de la obra, y pese a todo el gran esfuerzo sentirán que aún falta camino para que cada hijo esté lo suficientemente completo.

Ese gran esfuerzo, que nos motiva a la perfección, es esa emoción que invade los pensamientos día tras noche, que causa fatiga y cansancio, desesperación y aprehensión, tristeza y meditación, orden y desorden obsesivo, insomnio y ansiedad, dolor y placer, escalofríos o náuseas. Por eso, la creación tiene tanto valor, porque se busca la perfección a complacencia de cada artista, porque en algún punto, las alas de los dioses se extienden hasta nosotros y nos permiten alcanzar medianamente la cúpula del éxtasis.

Y estando tan cerca, es necesario estar preparados para que Dionisio nos inviten a pasar. Con el único objetivo de experimentar esa plenitud máxima de poca duración llamada éxtasis, que nos despoja de nuestra tranquilidad pero otorga el principio de nuestra psicosis y el contacto entre lo místico y lo real.

Seguir ese camino, el de la satisfacción más grande, el de la creación, el de los artistas obsesionados, el de la creatividad perdida que camina de noche queriendo ser encontrada, seduciendo al más cauto de los presentes, porque el susurroso ruido de sus tacones invocan un llamado sinfónico, tan perturbador que la convicción de encontrarle se vuelve absoluta.

2. Instalación

Estar dentro, pasearse con ella por la calle, es como encontrarse de frente a un tazón de fruta para escoger la que más nos satisfaga, la más hermosa, la más suave, la más deliciosa, la más brillante, la más extravagante, exótica o de aspecto pusilánime, pero de un sabor que juega con nuestras papilas y deja escurriendo la saliva la boca, en una carcajada trabada de euforia.

La degustación de cualquier fruta es como hundir la cabeza en el cielo de sexo, es como experimentar la delicia de comer el tejido de fresas con que están hechos los miembros, es semejante a lamer el interior del espíritu, o al de alimentarse directamente de los corazones dadores de vida, es como deshacer y examinar con los dedos los músculos al interior de la cadera, sólo para escuchar un jadeo persistente.

Su sensación trasciende a la percepción, es como extender los dedos, exprimir las ansias y entregar el espíritu para que pueda brotar una satisfacción que complemente nuestros sentidos, y nos haga volvernos uno con el universo, en una atmósfera en donde nuestras dualidades conviven, porque nuestros demonios prevalecen. Se trata de un estado de emancipación del propio espíritu que grita por su propia libertad, mientras todo transcurre de forma cautiva en una ilusión mística que está por terminar.

3. Poder curativo

Por eso, santo surrealista, santo del éxtasis, tu que estableces un contrato de percepción, en la comunicación entre los vivos y los muertos, permítenos adorarte, buscarte, arrodillarnos ante ti en ofrenda por lo que nuestros ojos aún no son capaces de ver por sí solos, permítenos emancipar el miedo de nuestra conciencia, y deja que tus suaves hilos de oro nos envuelvan, para olvidarnos del presente, y entregarnos al júbilo de los locos, al sedativo furor de la manía, al abstraído estado meditativo que hace presente el delirio y el rigor inspirador del ritual de la locura y del frenesí, sin olvidar a la divina providencia de nuestra propia conciencia.

De este ser son creyentes los locos, los obsesivos, los imperfectos perfeccionista, las almas elocuentes que solo buscan respuestas y todos aquellos que aceptan la vida como un manjar de frutas en un tazón de plata, donde se sabe, que cada una cuenta con deseosos placeres de efecto único.

“Por eso, te rezo a ti. Tú, diosa de la belleza, que has perdido los ojos por tu belleza misma, en la degustación de tus propias frutas”.